Hay una diversidad de formas de magnesio disponibles, las cuales se pueden dividir en tres grupos distintos basados en su composición química: sales inorgánicas que no se disuelven, sales orgánicas que se disuelven y complejos orgánicos que se disuelven. Cada una de las formas en las que se presenta el magnesio posee particularidades exclusivas que influyen en su biodisponibilidad, es decir, en la cantidad de este mineral que el cuerpo absorbe y utiliza. Además, estas formas también impactan de manera distinta en el funcionamiento del tracto digestivo y en su efecto en diversos aspectos de la salud.
Citrato de magnesio
El citrato de magnesio es una sustancia soluble derivada de reacciones químicas que ocurren al mezclar el magnesio con el ácido cítrico, el cual es un componente presente en frutas cítricas, lo que resulta en la formación de esta sal orgánica. Este tipo de magnesio es ampliamente reconocido y aceptado por el organismo debido a su fácil absorción, lo que lo convierte en una opción altamente efectiva para incrementar los niveles de este mineral en la corriente sanguínea. Asimismo, este producto posee la cualidad de actuar como un laxante suave, lo que sugiere que es apropiado para el tratamiento de episodios ocasionales de estreñimiento. El citrato de magnesio tiene la capacidad de contribuir a la mejora del estado de ánimo, disminuir la sensación de estrés y ansiedad, y promover un mejor descanso, puesto que participa en el proceso de generación de serotonina, un químico cerebral que controla la sensación de bienestar emocional.
Óxido de magnesio
El óxido de magnesio, que es una sal inorgánica que no se disuelve en agua, se produce mediante el calentamiento del magnesio metálico o del carbonato de magnesio. Es el tipo de magnesio más económico y frecuentemente encontrado en los productos de suplementos, sin embargo, su capacidad de ser absorbido por el cuerpo es muy limitada, ya que solo se aprovecha entre un 4% y un 10% de su contenido total. Debido a este motivo, es necesario incrementar la cantidad del suplemento para lograr los mismos efectos positivos que se observan con otras formas de magnesio, lo cual puede resultar en la aparición de efectos secundarios como malestar estomacal, dolor abdominal o falta de consistencia en las deposiciones. Generalmente, el óxido de magnesio es utilizado con frecuencia con la finalidad de prevenir o tratar la falta de magnesio en el organismo, y también para ayudar a reducir los síntomas del reflujo gastroesofágico, ya que tiene la capacidad de funcionar como un remedio natural que contrarresta la acidez.
Cloruro de magnesio
El cloruro de magnesio, una sustancia soluble de origen inorgánico, se crea a través del proceso de disolución del magnesio metálico en ácido clorhídrico. Se trata de una variedad de magnesio muy flexible y funcional, debido a su alta capacidad de absorción en el organismo y su disponibilidad en una amplia gama de presentaciones, tales como pastillas, polvo, líquido y cristales. El cloruro de magnesio se caracteriza por poseer propiedades antiinflamatorias, antibacterianas, antifúngicas y desintoxicantes, lo que lo convierte en una opción utilizada para abordar una variedad de condiciones de salud, como la artritis, infecciones, alergias, acné y cálculos renales. Además, contribuye a aumentar la resistencia del sistema inmunológico, a evitar la aparición de calambres musculares, a mantener el ritmo cardíaco normalizado y a favorecer la salud ósea.
Lactato de magnesio
El lactato de magnesio, una sal orgánica soluble, se genera a través de la combinación del magnesio con el ácido láctico, que es sintetizado de manera natural en el organismo durante la práctica de ejercicios físicos o la fermentación de ciertos alimentos. Este tipo de magnesio se caracteriza por ser suave y fácilmente tolerado por el cuerpo, ya que presenta una concentración baja de magnesio y un nivel de pH neutro, lo que contribuye a prevenir la irritación en el estómago y el intestino. El lactato de magnesio se absorbe eficazmente en el organismo y se distribuye de manera uniforme por todo el cuerpo, lo que lo convierte en una opción recomendada para prevenir o corregir la carencia de magnesio, sobre todo en individuos que presentan trastornos digestivos o renales.
malato de magnesio
El principio activo conocido como malato de magnesio, es una sustancia soluble de origen orgánico que resulta de la unión del magnesio con el ácido málico, el cual suele ser hallado en las frutas ácidas como las manzanas y las uvas. La participación del ácido málico en el ciclo de Krebs convierte al magnesio en una forma altamente beneficiosa para la biosíntesis de energía, ya que dicho ciclo es responsable de la conversión de nutrientes en la molécula de adenosín trifosfato (ATP), encargada de almacenar y transportar energía en las células, por lo tanto, este tipo de magnesio es crucial para la producción óptima de energía a nivel celular. El suplemento de magnesio, en caso de déficit en el cuerpo, posee propiedades alcalinizantes que pueden ser beneficiosas al equilibrar los niveles de acidez en el organismo, previniendo así potenciales desencadenantes de inflamación, dolor y enfermedades crónicas. El suplemento de malato de magnesio es comúnmente empleado con el propósito de incrementar el rendimiento físico y mental, así como para mitigar la fatiga crónica y los síntomas de la fibromialgia. Además, se utiliza para evitar la formación de cálculos en la vesícula biliar.
L-treonato de magnesio
El L-treonato de magnesio es un compuesto soluble de origen orgánico que se genera a través de la unión del magnesio con el ácido L-treónico, el cual se obtiene a partir de la vitamina C. Este tipo de magnesio es innovador y específicamente diseñado para promover la salud del cerebro, puesto que puede penetrar la barrera hematoencefálica, la cual es una barrera protectora del cerebro que evita el paso de sustancias dañinas y restringe la absorción de nutrientes. El compuesto de L-treonato de magnesio tiene la capacidad de elevar los niveles de magnesio en el cerebro en un porcentaje de hasta un 15%, lo que resulta en una mejora considerable en la función cognitiva, la capacidad de retención de información, la adquisición de conocimientos, la habilidad de concentración y el estado psicológico general.
Sulfato de magnesio
El sulfato de magnesio, una sal que se puede disolver en agua, se produce a partir de la combinación del elemento magnesio con el ácido sulfúrico. Este tipo de magnesio es ampliamente reconocido y empleado en la medicina tradicional debido a que está disponible en forma de polvo blanco o cristales que pueden disolverse fácilmente en agua, generando lo que se conoce comúnmente como sal de Epsom. El sulfato de magnesio es conocido por sus propiedades laxantes y diuréticas, lo que significa que se utiliza con el propósito de aliviar el estreñimiento, reducir la retención de líquidos, controlar la hipertensión y tratar la intoxicación causada por metales pesados. Además de eso, muestra propiedades que ayudan a relajar, reducir la inflamación y aliviar el dolor, lo que lo convierte en una opción común para tratar dolores musculares, articulares y menstruales, así como para disminuir los niveles de estrés y promover un mejor descanso nocturno.
Bisglicinato de magnesio
El bisglicinato de magnesio es una forma de suplemento en la que el magnesio se encuentra unido al aminoácido glicina, lo que resulta en una mejor capacidad de absorción y disponibilidad del magnesio en el organismo. Actualmente, se trata de uno de los productos más populares y ampliamente distribuidos en el mercado, por lo que su adquisición en establecimientos comerciales resulta sumamente sencilla. Ayuda a mejorar la salud y el rendimiento de los músculos al disminuir la sensación de cansancio y los espasmos musculares, promoviendo así un descanso óptimo. Ayuda a combatir el estrés mental, la ansiedad y los dolores menstruales de forma eficaz y natural. En personas que padecen diabetes tipo 2, este factor puede ayudar a disminuir los niveles de presión arterial y glucosa en la sangre.
Funte:
Tipos de magnesio y sus beneficios: ¿Cuál tomar y por qué?